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El 16 de diciembre casi la totalidad de los obreros de las oficinas salitreras del norte de Chile había paralizado y unos 6000 emprendieron rumbo a Iquique, en busca de una respuesta que nunca iban a encontrar. Algunas fuentes incluso hablan de 14 mil obreros marchando hasta la capital de la primera región. Fueron llevados hasta la escuela Santa María, donde luego de haberles negado las peticiones fueron sitiados por el Ejercito y la Marina. De hecho algunas familias intentaron volver a la pampa, pero al intentarlo fueron interceptados y seis mineros fueron acribillados. Luego de los funerales de estos, los obreros fueron conminados a trasladarse hasta el Club Hípico, pero estos se negaron a volver por temor a ser cañoneados por los barcos apostados en la costa. Así estuvieron siete días. Los dueños de salitreras prometían negociar sólo si volvían a la pampa, pero los obreros habían perdido la confianza, hasta que el 21 de diciembre el ministro del interior, Rafael Sotomayor Gaete, dio la orden de disparar en contra de los obreros, esto luego que se declarara Estado de sitio. Las cifras oficiales hablan de 195 muertos y 390 heridos, pero la tradición dice que fueron 3600 los asesinados por los hombres del general Silva Renard. Y aunque ya han pasado 100 años desde aquella tragedia, el evento se transformó en un emblema de las reivindicaciones sociales, especialmente para las clases obreras. Por ello, la municipalidad de Hualpén organizó un acto conmemorativo por la centuria que ha pasado desde la matanza de los mineros, con la presentación de la tradicional composición, “Cantata Santa María de Iquique”, que fuera concebida por el fallecido músico y compositor nacional, Luis Advis. La pieza fue interpretada de forma impecable por un grupo de músicos de varias comunas y reunidos por el hualpenino, Patricio Viedma. El evento realizado el sábado en dependencias de la escuela Blanca Estela Prat, fue presenciada por unas 400 personas, que además aplaudieron la impecable presentación del recientemente reunido conjunto hualpenino, Pucalán y de un homenaje al Che Guevara, interpretado por Patria Grande. Corría diciembre de 1907, cuando uno de los hechos que más ha marcado a la clase obrera de Chile se dibujaba entre fusiles y sangre. Entre sus peticiones estaba la eliminación del pago con fichas, jornales a tipo de cambio fijo, balanzas para los pesos y medidas para las pulperías, escuelas para los obreros, indemnización y desahucio, entre otras.
Con presentación de la Cantata |