|
“Él era muy amigo, siempre estaba ahí para ayudar a quien lo necesitara y además era muy querendón de sus nietos” comenta afectado su primo y uno de los más cercanos a “Don Dámaso”, Edgardo Henríquez. Mientras, la misa a la chilena cumplía cada uno de sus rituales al interior de la Iglesia Jesús de Nazareth. Y la descripción se repite en cada una de las personas que tienen palabras para él. “Pienso que no habrá ningún socio que pueda llegar a ser lo que él, en el club, por su gran responsabilidad y sentido de cooperación. Esperamos que desde el cielo nos siga acompañando, para poder concretizar el sueño por el que siempre luchó, inaugurar una sede para el club”, señala una acongojada Rosa Sepúlveda, secretaria del Club de Huasos de Hualpén, institución a la que pertenecía desde hace cinco años. Dámaso Henríquez Henríquez era un amante de los caballos y todos lo reconocían por ello. De hecho, según la misma Rosa Sepúlveda “fue uno de los que más nos apoyó en el proyecto de hipoterapia con los niños de Coanil. Estaba dispuesto a facilitar sus caballos para ello”. Lamentablemente, otra de sus pasiones era el cigarrillo, lo que le provocó una fibrosis pulmonar que deterioró progresivamente su salud hasta quitarle la vida a los 71 años, la madrugada del lunes 16 de julio pasado
Dámaso Henríquez Henríquez- 22-05-1936/16-04-199 |