Padre Edmond Olivier Lejeune
Reconocen obra realizada por párroco belga en Hualpén

   Durante la década de los ´70 el sector que hoy ocupa Hualpén, y en general todo el país, vivió momentos complicados en sus institucionalidad, y muchos necesitados recibieron la ayuda de personas desinteresadas, algunas provenientes del extranjero, como es el caso del sacerdote de origen belga, Edmond Olivier Lejeune Delhougne.
La zona que cobijó a este presbítero no olvidó nunca la labor efectuada por él y hoy, durante la ceremonia de entrega de pensiones asistenciales (de las cuales también fue favorecido), y que se realizó en la escuela Simón Bolívar, el homenaje no se hizo esperar, partiendo por el alcalde hualpenino, Marcelo Rivera, quien destacó la obra de Lejeune.
         “Eran tiempo difíciles, yo tenía 16 ó 17 años y se abrieron los comedores populares que nos dieron de comer a muchos. El padre provenía de una sociedad moderna, justa y perfectamente se pudo quedar allá, pero eligió venir para acá. El sigue siendo muy generoso y consideramos que era importante gestionar una pensión para él”, mencionó el alcalde de Hualpén, Marcelo Rivera.

         Por su parte, el sacerdote, quien tiene nacionalidad chilena, agradeció el beneficio y el homenaje realizado e instó a los asistentes a mantenerse en unión, fraternidad y amistad, preocupándonos de potenciar estos ideales durante el resto de nuestras vidas.

         Para quienes no lo conozcan, el padre Lejeune llegó al país en 1973 y fue párroco de la iglesia Jesús de Nazareth, cargo que ocupó por varias décadas. Su constante colaboración a los más necesitados y a los trabajadores lo hicieron muy conocido localmente.

El padre Lejeune fue un pilar en la ayuda de los más desposeídos de Hualpén, razón por la cual fue homenajeado hoy y se le concedió una pensión de asistencia
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